martes, 12 de abril de 2016

UNA BATALLA PERDIDA



No deja de ser triste cuando notas que la organización en la que una vez creíste y participaste, hoy da tumbos queriendo aferrarse a cualquier injusticia para mantenerse vigente, aunque se aleje totalmente de sus planes originales.

    Y no está mal el reclamo ante las injusticias, no, incluso es necesario. Pero si una organización nace con un proyecto y éste se vuelve inalcanzable por el autoritarismo y cerrazón de sus organizadores, incapaces de escuchar nuevas voces y métodos, y con el tiempo se desvían de su base para sumarse a cualquiera de las muchas problemáticas que nos presionan como país, dicha organización está muerta en vida.

    Camina como manso zombi benigno, sí, pero zombi al fin.


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